El dolor abdominal en caninos es bastante frecuente, generalmente derivado de algún proceso patológico que involucra estructuras abdominales. Es un dolor visceral, aquel que se presenta en estructuras o parénquima interno, tanto en la cavidad torácica como abdominal. El dolor en los animales, como en los humanos, es una sensación subjetiva que cada individuo puede experimentar de forma diferente. Una definición muy aceptable de dolor es: una experiencia única, altamente subjetiva, multidimensional, compuesta por dos fenómenos diferentes: una parte sensible y una parte afectiva o emocional. Independientemente de cómo se defina el dolor, es importante que todos los pacientes que lo experimenten sean tratados siempre. El dolor visceral representa un dolor de difícil comprensión y manejo por parte del propio sistema nervioso central (SNC) del animal, cabe recordar que el SNC tiene la capacidad de producir sustancias endógenas que regulan y controlan los procesos dolorosos, sin embargo la baja cantidad de nociceptores encontrados en estructuras internas y órganos, conduce a una transmisión de información poco clara al cerebro, por lo tanto, el dolor visceral puede desencadenar otros tipos de dolor, como dolor referido e irradiado; dolores que raramente pueden ser considerados o tenidos en cuenta en los animales, por la dificultad en su evaluación, pero que sin duda provocan un dolor difícil de sobrellevar. Las condiciones gastrointestinales que comúnmente se presentan en los caninos son capaces de producir dolor visceral “en la cavidad abdominal” en algún momento de la enfermedad, el cual puede ser agudo o crónico; entre las más comunes se encuentran la gastritis, enteritis infecciosa o no infecciosa, gastroenteritis infecciosa, procesos inflamatorios intestinales crónicos, inflamación del parénquima de ciertos órganos como ocurre en la hepatitis, colitis, pancreatitis, entre otras. Normalmente, el tratamiento de todas estas condiciones rara vez contempla el uso de analgésicos como parte fundamental del tratamiento (a excepción de la pancreatitis), cuando debería ser la terapia de apoyo la que debería instaurarse lo antes posible. El dolor es capaz de producir alteraciones fisiológicas tan graves en el paciente que pueden complicar el cuadro de la enfermedad, e incluso se sabe que el proceso doloroso puede retrasar los tiempos de recuperación en estos pacientes. Un ejemplo muy claro de una afección abdominal en la que se instaura un tratamiento del dolor es la pancreatitis, una afección aguda provocada por la inflamación del páncreas y el tratamiento se basa en una terapia de soporte en la que el manejo analgésico es crucial. y puede marcar la diferencia entre la recuperación o la muerte del paciente. Sin embargo, el tratamiento no debe ser diferente en un paciente que presenta gastroenteritis bacteriana o viral, o condiciones inflamatorias intestinales, incluso en pacientes que han sido sometidos a técnicas quirúrgicas con manipulación de tejidos intraabdominales, en los que el manejo del dolor pasa a ser un segundo plano o en muchos casos es nunca establecido.
Tratamiento del dolor abdominal
Síntomas
La gastroenteritis se caracteriza por la aparición repentina de náuseas, vómitos y/o diarrea. En la mayoría de los casos se produce por la ingestión de algo inadecuado, y responden bien al tratamiento sintomático, aunque otras enfermedades infecciosas y la ingestión de cuerpos extraños también pueden provocar síntomas de gastroenteritis y requieren un tratamiento específico.
Cualquier perro es susceptible a la gastroenteritis, sin embargo, los cachorros, los perros ancianos o aquellos cuyas defensas están bajas por algún motivo son más propensos a padecerla.
Torsión de estómago
Si hay un problema que debemos evitar a toda costa es la torsión de estómago. Un dolor de estómago puede conducir a esto, que ocurre cuando el estómago se vuelve sobre sí mismo, estrangulándose. Esta es una enfermedad que debe ser operada de inmediato, ya que puede llevar a la muerte del perro en poco tiempo. No es tan frecuente que suceda pero hay posibilidades, por lo que ante un dolor de estómago que parece empeorar, es mejor acudir al veterinario para que le haga un control de salud a nuestra mascota. Además, la torsión de estómago se puede evitar en gran medida si alimentamos al perro en pequeñas cantidades, ya que la torsión se produce antes de las comidas copiosas. Por eso siempre es mejor hacer que el perro coma más veces al día pero en poca cantidad, ya que se sentirá mejor y evitaremos riesgos innecesarios.
Sin duda, una de las peores situaciones que puedes pasar con tu perro es ver que está enfermo. El hecho de que no puedan hablar hace que, si no estás atento al comportamiento del animal, no te des cuenta de que algo le pasa.